La República Islámica de Pakistán, comúnmente conocida como Pakistán, es un país ubicado en el sur de Asia. Limita al norte con Afganistán y China, al este con India, al sur con el mar Arábigo y al suroeste con Irán. Islamabad es la capital de Pakistán, mientras que Karachi es la ciudad más poblada y el principal centro económico.
Pakistán obtuvo su independencia en 1947, tras la partición del subcontinente indio en dos países: India y Pakistán. Es una república democrática con un sistema parlamentario, donde el presidente es el jefe de Estado y el primer ministro es el jefe de gobierno.
La sociedad pakistaní es multicultural y multilingüe, con diversas etnias, religiones y lenguas. El islam es la religión predominante y el idioma oficial es el urdu, aunque se hablan numerosos idiomas regionales como el punjabi, el sindhi, el pastún y el baluchi, entre otros.
Pakistán tiene una geografía variada que incluye montañas, como el sistema del Karakórum y el Hindu Kush, y extensas llanuras en el valle del río Indo. El país alberga una gran cantidad de recursos naturales, incluyendo petróleo, gas natural, minerales y una agricultura rica en productos como el trigo, el arroz y el algodón.
La economía de Pakistán es mixta, con sectores agrícolas, industriales y de servicios. Es conocido por la producción textil, la industria del cuero, la fabricación de productos químicos, la producción de alimentos y el desarrollo de tecnología de la información y la comunicación.
Pakistán también ha enfrentado desafíos como la pobreza, la desigualdad, el terrorismo y los conflictos regionales. Sin embargo, el país ha realizado esfuerzos para promover la estabilidad, el desarrollo económico y el fortalecimiento de las instituciones democráticas.
En resumen, Pakistán es un país diverso y dinámico en el sur de Asia, con una rica historia, una población multicultural y una economía en crecimiento.